viernes, 19 de diciembre de 2008

EN EL PLANO DE LAS IDEAS


La gente está. Siempre está. Cada vez que necesito estar en soledad siento inevitablemente su presencia. A veces está para apoyarme, y otras tantas (la mayoría) para enjuiciarme.
Tienen diferentes maneras de hacerse notar, claro, y cada vez que necesito estar acompañado siento ineludiblemente su ausencia. A veces están para apoyarme, y otras tantas (la mayoría) para enjuiciarme. Pero no quiero repetirme. Solo quiero dejar en claro que siento que la gente existe. Que no pasa desapercibida, y que ya sea cargoseando como moscas o acercándose prudentemente, yo desde mi lugar la siento.
No cometí tantos crímenes. Dicen la verdad cuando hablan sobre las muertes, pero fueron solo cuatro, y soy el primero en castigarme por ello.
No me pesa tanto el haberlos cometido.
Me preocupa más la causa que el efecto. Lo único que me va a permitir comprender la situación es saber por qué motivo me embarco en tales empresas. Por que después de todo matarlas fue una simple idea, inocente como robar una lapicera en la escuela. Si hubiera quedado dentro del plano del pensamiento no pasaba de un mero deseo. No es tan grave. Los hechos son solo ideas llevadas a cabo. Basta con replantearme lo que pienso. El desenlace existe desde la raíz, desde la base del conflicto y no desde la superficie. Si consigo reconocer las causas voy a poder actuar sobre los efectos Lo hecho, hecho está y de nada sirve arrepentirse.
El problema ya no está en si asesiné o no a Susana, Beatriz, Silvina y Gimena. Empiezo a cuestionarme el por qué las conocí. Lisa y llanamente esa pregunta ¿Por qué me sentí atraído por ellas?
Nunca debería haber comenzado esas relaciones. Las parejas con el tiempo se desgastan… y bueno, yo al menos evité el desastre final…
Dicen que los tres causales más importantes de stress son la muerte de un ser querido, el divorcio, y las mudanzas.
Yo sinteticé.
Con sus muertes de alguna manera también atravesé las rupturas equivalentes a una separación. (No puedo evitar los recuerdos, y reconocer que las maté en épocas de crisis de pareja).
Una vez que las asesinaba tenía que mudar de provincia y construir una nueva identidad, y claro… sinceramente todo eso me llevó a un desgaste psicológico que nadie puede imaginar. No fue tan fácil para mí vivir con todo esto en mi cabeza. No es tan simple vivir huyendo… Cuando le cuento esto a mamá me dice que soy un perverso. Ella no entiende que tuve motivos, y que no es sencillo para mí atravesar todo este tiempo recluído, inmovilizado entre pensamientos, recuerdos y resentimientos.
Mamá dice que construyo relaciones enfermizas. Y lo admito, solo que ella no escucha cuando le explico que si bien tengo cierta tendencia a relacionarme con mujeres con desequilibrios, también suelo desprenderme fácilmente de aquello que me hace mal. No quiere darse cuenta de que cuando caigo en el error puedo desalojarlo rápidamente.
Yo no estoy tan enfermo como ellas.
Esta vez ya no pienso repetir la historia. (Aunque las otras veces lo hice sin pensarlo, actué por mero impulso).
La cárcel me está ayudando a salir de toda esta vorágine. La psicóloga me ayuda a comprender que no todas las mujeres son iguales, y se empeña en hacer hincapié en mi relación edípica. No termino de entender qué diferencia (más allá de los rasgos físicos) hay en la naturaleza de una u otra mujer), como tampoco encuentro qué hay de edípico en mis relaciones. ¡Y mamá que no escucha cuando le explico que estoy haciendo lo posible por dar fin a mis relaciones enfermizas! ¡Por Dios!¡Mujeres!
Estoy planeando una nueva vida para cuando salga de aquí. Ya no quiero volver a convivir con alguien que no me comprenda.
Por eso las maté.
Creo que no sirvo para la convivencia. Necesito en demasía la aprobación del otro y ahora sé que nadie es igual a mí.
Ya no más vida en común con nadie, ni media naranja ni nada. Está más que probado que esto no es para mí. Por suerte y gracias a Dios está mamá. Que siempre está cuando la necesito. Aunque no siempre me comprenda.
Como la gente, que siempre está pero a veces no me comprende.
Siempre hay gente. ¿Por qué será?
Mamá siempre está. Cuando necesito estar solo también está. Pero bueno… nada es eterno… en eso coincidían Susana, Beatriz, Silvia y Gimena. Claro que uno ya está como acostumbrado a ver de manera natural que los padres desaparezcan en algún momento.
Mi psicóloga no entiende que no necesito a mamá. Si hasta puedo acostumbrarme a la idea de su muerte.

lunes, 8 de diciembre de 2008

AQUELLAS PEQUEÑAS COSAS


“Son aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas”…”nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve…” J.S.Serrat


Ahora no están. Igualmente termino de ver sus cosas así que seguramente no deben de haber ido muy lejos. Hubo una noche en la que hablamos. Estábamos durmiendo y entraron a nuestro cuarto. Nos despertaron y charlamos pero ya no recuerdo qué.
Otro día (estábamos de vacaciones) tuvimos el impulso de hacerlos felices. Sentimos que estarían mucho mejor si nos marcháramos y los dejáramos solos nuevamente. Después de todo estaban muy bien sin nosotros Y no es que nuestra aparición les quitó la dicha, pero es una “nueva forma”, a la que cuesta acomodarse.
Pensamos seriamente en evitar lastimarlos. Igualmente es absurdo pensar en ello. Solamente a nosotros se nos puede pasar eso por la cabeza.
Lo mismo sentimos cada vez que reacomodamos cosas en la casa.
Tal vez sea yo el que no se acostumbra a que vivamos los cuatro (de a ratos somos muchos mas).
Por momentos siento que ella, me pide que me comporte como él, porque está acostumbrada de esa forma… Es entendible… ¡Después de tantos años!
No importan nuestras costumbres, las cosas ya están dadas de esta manera. Cuando se le pide el favor a alguien de compartir un techo es muy poco agradecido llegar poniendo las normas.
Nunca antes habíamos tenido que compartir casa. Siempre habíamos forjado proyectos entre los dos, y eso de alguna forma nos convertía en dueños de nuestras decisiones y partícipes en los consensos. Tampoco nunca antes habíamos reacomodado el tiempo. Esos instantes en los que en un abrir y cerrar de puertas todo confluye y no se sabe si lo que está guardado en el cajón es parte del presente o del pasado...
Debemos admitir que no se nos pide nada a cambio. Solo que no molestemos con mi nuestro modo de vida y nos adaptemos a las circunstancias preestablecidas.
Nos cuesta. Sinceramente nos cuestan los matrimonios de a cuatro.
¿Cómo puede ser tan difícil la monogamia?

martes, 2 de diciembre de 2008

REQUIEM


Se lo llevaron porque tenía ideas diferentes.
Se conocen solo los motivos, aunque resultan poco claros. O mejor dicho: Está claro que fue por causa de sus ideas. Lo que no resulta claro es ¿qué tiene de diferente tener ideas diferentes?
Todos tenemos ideas diferentes, y no nos matan por ello.
Nada había de malo en expresarlas. Pero… se ve que molestaban.
Se deben de haber sentido muy molestos, y era una manera de “callarlo”.
En este momento es donde deberíamos estar pidiendo cinco minutos de silencio en su honor, pero no hace falta callar también su ausencia, considerando lo paradójico del asunto ¿no? Solo “lo disfrazaron de ausencia”, porque es obvio que seguirá estando entre nosotros hasta el fin de nuestros días.
Se deberían repetir sus palabras, pero no es el momento preciso. Se le dio fin con la más absoluta precisión, eso sí.
Posteriormente, se consiguió borrar el rastro. Lo que no se pudo fue borrar el que dejó él con su pasado.
No se puede silenciar lo dicho, ni matar lo vivido y evidentemente su testimonio daba cuenta de demasiadas cosas.
Se desconoce el lugar, pero no el momento en el que se lo llevaron.
¿Qué cosa no? El tiempo nunca puede dejar de estar presente. En todo caso es uno el que deja de estar presente en el tiempo.
Con solo pensar que todo ocurre en un espacio y tiempo… y sin embargo ambas son cosas tan fáciles de ocultar…y en algunos casos ¡Tan simples de olvidar!
Él no olvidaba nada y lo sabía todo. Por eso ya no está entre nosotros.
Y nuevamente uno no puede dejar de hacerse esas preguntas ¿qué cosa no? “todo lo que se conoce” y “todo aquello que no se puede olvidar” han sido los “simples motivos” que lo llevaron hasta este lugar.
Es irrisorio ver cómo todo y nada en algunos contextos pueden perder su nivel de abstracción y parecer términos muy precisos. Nadie vio nada…. y uno se repite ¿nadie? Parece sumamente abarcativo, pero termina reuniendo en su univocidad la pluralidad de demasiados anonimatos.
Realmente no salimos de nuestro asombro. En algún momento lo quitaron del estante y lo quemaron. Y aquí quedamos nosotros. Inamovibles y pasmados, temiendo que lleguen los bomberos o algún sabueso