domingo, 29 de mayo de 2011

El sexto día




Tu mudo recuerdo me representa al toro,
sincretismo entre Adán y condición humana.
Bestia ineludible de nuestros crímenes de otoño,
uva de niebla, destrozas tus ojos como perros apagados.

La madurez insigne de los muertos que se olvidan,
me prefiguran la suerte de tu apetencia de muerte,
de la manzana en tu boca, tristeza en tu alegría,
del aire de vuestro ayer junto a las flores grises,
y de aquel árbol de sangre que llena de cristales esta herida.

Te has vuelto niño de luz, hoy tu doble latir en la mejilla,
te vuelve mudo recuerdo, como tantos muertos que se olvidan.


Consigna de trabajo a cargo del Instituto E Mallea