viernes, 18 de febrero de 2022

Lo que nos deja su paso

Hay noches donde los silencios pesan, las palabras internas llenan los silencios que deja la vida, y uno no sabe que hacer con tanto ruido. El ruido no es música. El ruido no es arte. El ruido no deja pensar. El ruido te deja al desnudo, en carne viva, sintiendo; sólo sintiendo. Ruido conocido, añejo, enemigo, paralizante. Ruido... puto ruido. Más de lo mismo. ¿Quién dijo que ELLA llega sigilosa? ELLA siempre trae ruido, y se va dejando una huella. Una huella que marca el vacío. En este caso sólo va a profundizar un vacío. Ruido. Sucio y puto ruido hartoconocido que sólo produce ELLA.

Palabras

Hay personas que cumplen su palabra, hay quienes tienen memoria selectiva; quienes la tergiversan; quienes la acomodan conforme a su conveniencia. Hay quienes no pueden comunicarse porque no tienen el hábito de ejercitar el diálogo; quienes se dejan llevar por boca de terceros; quienes pasan por crisis donde no pueden expresar; quienes nunca se animan a usar -apenas- una palabra que los comprometa más que envueltos en la cobardía de un breve instante; quienes quieren decir una cosa y se les escapa lo contrario; quienes hablan solo con lágrimas; quienes besan para desanudar lo no dicho; quienes callan; omiten; mienten; ejercen la tiranía del silencio; se resguardan; amenazan; gritan; ocultan; sufren masticando vocablos. Y es que estamos hechos de palabras. A veces canción, felicidad; melancolía y cada tanto, destellos.