jueves, 20 de noviembre de 2008

LABERINTO (A Teseo)




Estás a un paso de tu entrada hacia el centro mismo de mi esencia, incluso por mí desconocida. Te sustentan mis sinuosas curvas e imprecisiones formales.
Solo el cielo abismal que nos abarca te es exacto, y no por ello ha de resultarte ajeno…
Nada te detiene, ni siquiera el cielo en el que pierdes insignificantemente tus proporciones, que no hallan en dónde reflejarse.
Pretendes infiltrarte en la infinitud que más recónditamente he reservado, y que incluso me atemoriza cuando tomo conciencia de la magnitud de sus proporciones. Es increíble pensar que te sientes seguro en medio del caótico emblema que represento. A veces, estar frente a mí mismo me acobarda de tal modo que prefiero ocultarme de mi propio concepto, huir si fuera posible de mi significado, olvidar todas las palabras a fuerza de no pensarme, de desdeñar mi naturaleza figurativa y así alivianar mi solidez semántica.
Prefiero no plasmarme en concreciones, me asusta tomar contacto con mi propia realidad.
Quisiera que no estuvieras en mi interior, mi naturaleza me fuerza a no poder prometerte la victoria… es que estoy hecho de vacilaciones… y es todo lo que puedo ofrecerte.
No obstante, tu naturaleza heroica te impulsa hacia el centro mismo de mi vaguedad; y la fascinación por descubrir, en medio de las ambigüedades, un mínimo de certidumbre te moviliza a recorrerme infatigablemente.
El amor te da los trazos que el camino esconde. Su mano te sirve de guía, te conduce hacia la pluralidad que los abarca a partir del momento mismo en el que logres vencer la furia que hay en mí.
Tu futuro y tu amor hacia ella penden de un hilo, como el de las parcas; y ya no es pretérita la sensación que te impulsa a avanzar al centro exacto de este abismo que te confunde y te asiste a la vez, bajo este juego ambiguo de contraposiciones y complementariedades que es la vida, para que llegues fortalecido e ileso hasta tu meta.
La bestia ha encontrado en ti a su opositor, y afuera mismo a su oponente, y en medio de mi concreto vientre encuentra su resguardo. Te reencuentras aquí dentro con la agudeza y el éxtasis de tus propios sentidos, aletargados antaño en la rutina de otros laberintos.
Tu excusa es el conjuro, tu pretexto la victoria, tu verdad se parece a mí, y te espera anhelante bajo formas aparentemente disímiles, con su antagónico ovillo enmascarando los contrastes visibles solo ante mí, ocultos ante tu mirada enamorada.
Sientes miedo. Pero no transitas solitario por estas calles. Cuentas con su apoyo y su estratégica manera de conducirte hacia su espléndida y ambicionada presencia.
Y no es un mito el que te espera en mis umbrales. Esto no ha sido más que otro preludio en tu travesía.
Es otro laberinto, transfigurado, con sus femeniles recodos, con otro minotauro por conquistar, quien sostiene al otro símbolo que hace honor a tu renombre, y quien espera por ti para que lo recorras y te pierdas para siempre entre sus curvas.
Pintura de Carlos Ardohain- http://tancarloscomoyo.blogia.com/ Gracias Carlos por la autorización para exhibir tu cuadro!