sábado, 22 de noviembre de 2008

INSTRUCCIONES PARA LEER A BORGES POR PRIMERA VEZ


1. Diríjase a la librería más próxima y compre un libro de este autor.
En caso de no hallar- a veces sus ejemplares se encuentran agotados- pruebe con la biblioteca mas próxima a su domicilio.
2. Vaya a un centro fotográfico, sáquese una foto carnet (en lo posible de perfil y sin esbozar sonrisa) y compre las cuatro que le venden obligatoriamente así necesite usar una.
3. Abone los cinco pesos correspondientes a la cuota societaria y entréguele su foto al empleado/a de la biblioteca.
4. Evite discutir con el mismo/a por su expresión incipiente al ver su rostro ridiculizante en 4x4 cm.
5. Pídale al mismo/a, tratando de no destilar ironía ni rencor alguno en motivo de la expresión de su rostro al ver la fotito, que le preste alguna edición del libro de Borges que le hayan recomendado.
6. Salga de la biblioteca con tranquilidad. Está a punto de conocer a uno de los exponentes máximos de la literatura.
7. Regale a su esposa, madre y/o amigos las tres fotos restantes para que la coloquen en su billetera y diríjase a un lugar donde pueda comenzar su lectura con tranquilidad.
8. Si el banco de la plaza le resulta incómodo y los niños no dejan de arrojarle la pelota cambie de sitio.
9. Si su esposa no deja de hablarle mientras intenta concentrarse, vuelva a intentarlo en otra parte.
10. Si en la oficina le interrumpen con la edición deportiva del domingo y le disturban la atención con patéticas burlas por la derrota de su equipo de fútbol preferido, pruebe seguir escogiendo otros lugares.
11. Pida un café al mozo y acomódese en la mesa mas cercana a la ventana por la que se filtre la luz solar.
Si no se filtra ninguna luz por la ventana y el mozo, lejos de acercarle el café le barre los pies mientras levanta todas las sillas menos la suya, es un indicio de que entró al bar durante la hora del cierre y que éste tampoco será el lugar propicio para el inicio de su lectura.
12. Vuelva a su casa. La oscuridad, el frío, el mozo que lo echó y el llamado de su esposa al celular le recuerdan que es la hora de la cena.
13. Cene en familia, esperando que el tiempo transcurra velozmente para poder dar inicio a la lectura. Disimule el desinterés por la familia.
14. Dé un beso a los niños como cualquier otro día, tratando de no levantar sospechas. Diga “buen provecho” a los comensales que aún queden en la mesa y dispóngase a la lectura en el sillón.
15. Si los niños lo distraen con los juegos de pc y sus gritos diríjjase al dormitorio.
16. Acomódese en la cama. Estírese, ubique las almohadas como crea conveniente. Encienda la luz adecuada, el velador de su lado, ambos si es preciso. Prométale a su mujer algún regalo a cambio de su benemérito silencio y abra al fin las páginas del libro.
17. Apague el despertador y levántese para llevar a los niños a la escuela.
18. Salude con un beso a su mujer y no olvide dejarle el dinero que le prometió para el sweter que tanto le gusta.
19. Luego de llegar a la conclusión de que el mejor lugar para leer es la biblioteca trasládese a ella.
20. Siéntese en el lugar que mas le agrade y comience ahora sí, la exquisita lectura.
21. Ahóndese en la lectura. Explore el infinito, desdóblese usted mismo y conviértase en dos lectores a ver si alcanza a comprender la lectura finalmente.
22. Una vez que su psiquiatra le dio el alta por el brote esquizofrénico retome la lectura en otra biblioteca donde nadie recuerde ya el triste episodio del chaleco de fuerza.
23. Recuerde que la otredad es solo un recurso literario producto de la fantasía y tome la medicación. No la suspenda.
24. Vislumbre sempiternos laberintos y transítelos como un héroe.
25. Visite nuevamente al psiquiatra para salir del estado de autismo.
26. No olvide tomar la medicación para la paranoia y no pierda los estribos cuando le parezca que lo persigue un minotauro. Recuerde que es parte de la mitología y transite nuevamente por las calles como si no supiera de su existencia. (La del minotauro)
27. Cierre el libro inmediatamente en la página en la que haya quedado. Deje de preguntar insistentemente como un estúpido quién es Averroes y decídase a emprender un taller literario donde induzcan su lectura correctamente dejando de exponer de ese modo su evidentemente frágil salud mental.
28. Agradézcale al bibliotecario los quince días de alojamiento en la biblioteca. Remítale cuando le sea posible el equivalente a los gastos de manutención durante su estadía y regrese a su casa y a su trabajo habitual.
29. Consuele a su mujer y a sus hijos que lo daban por extraviado. De aviso a la policía de su aparición y a su psiquiatra que lo buscaba desde hace una hora por las bibliotecas de la ciudad creyéndolo en nuevo poder de otro ejemplar.
30. Suspenda la medicación, retome a Borges cuando se sienta mas capacitado y mientras tanto distiéndase leyendo algún Best Seller o viendo algún programa de TV pasatista.
31. Lea “los clásicos” durante muchos años, empápese en filosofía, teología, mitología, devórese la “Divina Comedia” y “Las mil y una noches”. Tome cuanto curso esté a su alcance durante algunos años y si consigue comprenderlo rehaga este instructivo.

EXCESO DE PRECIO


Nadie quiere creerme que todo está bajo control en el último tiempo. Mis amigos creen que no hay manera de que entre en razones, y eso que les dije que mi psicóloga y mi psiquiatra ya no se preocupan. Eso es todo un indicio…
Ya no tengo más esa extraña idea sobre los talles, ni esa obsesión que me impedía vivir con tranquilidad y que se adueñaba de mi objetividad haciéndome creer que estaba excedida de peso. Pero claro, después de todo lo que pasé es natural que no me crean que esta vez se terminó de una buena vez toda esa cantinela.
No entiendo por qué lloran y me miran de ese modo. ¿Qué tengo de diferente ahora? Sí… debo admitirlo, es un poco fuerte ver el ataúd, pero ¡Aún mantengo el peso de mi última anorexia!