martes, 2 de diciembre de 2008

REQUIEM


Se lo llevaron porque tenía ideas diferentes.
Se conocen solo los motivos, aunque resultan poco claros. O mejor dicho: Está claro que fue por causa de sus ideas. Lo que no resulta claro es ¿qué tiene de diferente tener ideas diferentes?
Todos tenemos ideas diferentes, y no nos matan por ello.
Nada había de malo en expresarlas. Pero… se ve que molestaban.
Se deben de haber sentido muy molestos, y era una manera de “callarlo”.
En este momento es donde deberíamos estar pidiendo cinco minutos de silencio en su honor, pero no hace falta callar también su ausencia, considerando lo paradójico del asunto ¿no? Solo “lo disfrazaron de ausencia”, porque es obvio que seguirá estando entre nosotros hasta el fin de nuestros días.
Se deberían repetir sus palabras, pero no es el momento preciso. Se le dio fin con la más absoluta precisión, eso sí.
Posteriormente, se consiguió borrar el rastro. Lo que no se pudo fue borrar el que dejó él con su pasado.
No se puede silenciar lo dicho, ni matar lo vivido y evidentemente su testimonio daba cuenta de demasiadas cosas.
Se desconoce el lugar, pero no el momento en el que se lo llevaron.
¿Qué cosa no? El tiempo nunca puede dejar de estar presente. En todo caso es uno el que deja de estar presente en el tiempo.
Con solo pensar que todo ocurre en un espacio y tiempo… y sin embargo ambas son cosas tan fáciles de ocultar…y en algunos casos ¡Tan simples de olvidar!
Él no olvidaba nada y lo sabía todo. Por eso ya no está entre nosotros.
Y nuevamente uno no puede dejar de hacerse esas preguntas ¿qué cosa no? “todo lo que se conoce” y “todo aquello que no se puede olvidar” han sido los “simples motivos” que lo llevaron hasta este lugar.
Es irrisorio ver cómo todo y nada en algunos contextos pueden perder su nivel de abstracción y parecer términos muy precisos. Nadie vio nada…. y uno se repite ¿nadie? Parece sumamente abarcativo, pero termina reuniendo en su univocidad la pluralidad de demasiados anonimatos.
Realmente no salimos de nuestro asombro. En algún momento lo quitaron del estante y lo quemaron. Y aquí quedamos nosotros. Inamovibles y pasmados, temiendo que lleguen los bomberos o algún sabueso

4 comentarios:

Carlos Alberto dijo...

Romina:

Muy bueno. Y muy triste.

Me has hecho pensar en Federico García Lorca, preguntando ¿Dónde está mi Luna? antes de que lo mataran.

Y en Hipatia, pensando tal vez en su padre, ese hombre que tanto cariño le había dado, mientras unas manos que parecían garras de buitre la bajaban por la fuerza de su carruaje.

Y en Giordano Bruno, y en Sócrates, y en William Wallace, y en Caballo Loco, y en tantos otros que han llegado desde tan lejos, a través de la historia, para ocupar un lugar en nuestros pensamientos, en nuestras emociones, en nuestros recuerdos, en nuestros corazones.

Saludos.

Carlos Alberto dijo...

Romina:

El final me ha hecho pensar en Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. Los bomberos de ese libro hubieran llegado antes de que comenzaran las llamas...

Carlos Alberto dijo...

Dejé otro comentario en:

INSTRUCCIONES PARA LEER A BORGES POR PRIMERA VEZ.

Saludos.

Rorró dijo...

Pensé lo mismo que Carlos Alberto Arellano con el final, que me hizo acordar a Farenheit 451.

Cada día escribís más lindo!

Estaría bueno que siguieras escribiendo escribiendo siempre, tenés TALENTO (sí, tenés TALENTO), y sería muy lindo que hicieras algo con eso.
Más allá de que lo expongas, dejando atrás tu vergüenza, y permitiéndonos a nosotros leerte, estaría bueno que lo hagas más público.
Podría llegar a gustarle a mucha gente lo que vos hacés.

Más de un par me dijeron que les había encantado cuando leyeron tus cuentos.

Tenés que hacer algo :)

Te quiero RomiRomi, y seguí escribiendo, que AMO leer tus cuentoooooos.



"El tiempo nunca puede dejar de estar presente. En todo caso es uno el que deja de estar presente en el tiempo."

Me encantó!



Gracias miles por existir.